miércoles, 2 de julio de 2014

Mericismo: Trastorno de Rumiación



La Rumiación  o Mericismo consiste en la ingesta de los alimentos que, una vez medio digeridos, el paciente voluntariamente regurgita, es decir, los devuelve a la boca para masticarlos y tragarlos de nuevo, tal como lo hacen animales como las vacas. El trastorno dura al menos un mes y empieza tras haberse establecido previamente un funcionamiento normal de ingesta de alimentos por parte del niño.


Suele presentarse en niños de temprana edad y con más frecuencia en los que padecen retraso mental. Además es más común en niños que en niñas. Suele aparecer entre los 3 y 12 meses de edad y  es raro en niños y adolescentes. También puede desarrollarse en adultos.
 

Causas 

  • En bebés, es involuntario y está relacionado con ciertos problemas como falta de estimulación del bebé, rechazo, la falta de atención hacia él y situaciones familiares de mucho estrés.

  • En adultos, es voluntario y es frecuente que ocurra en personas con deficiencia mental.

Síntomas

  • Vómito o regurgitación repetitiva de los alimentos

  • Remasticación repetitiva de los alimentos
Los síntomas deben continuar durante al menos un mes para encajar dentro de la definición de mericismo.
Las personas no parecen presentar perturbación, náuseas ni desagrado cuando devuelven el alimento y parece causar placer.



Para el correcto diagnóstico...

El médico debe descartar primero causas físicas, como hernia hiatal, estenosis pilórica y anomalías del aparato digestivo que están presentes al nacer (congénitas). Estas afecciones se pueden interpretar erróneamente como mericismo

Posibles complicaciones

Este trastorno puede tener consecuencias importantes como una disminución de la respuesta inmune, lo que lleva a una baja resistencia a las enfermedades; y además, una falta de aumento de peso (esperado para bebés de esta edad) o desnutrución, lo que puede significar un retraso en el desarrollo del crecimiento y hasta puede producir la muerte en el niño.

 

Expectativas (Pronóstico)


En algunos casos, el mericismo desaparece de manera espontánea y el niño vuelve a comer normalmente sin necesidad de tratamiento, pero en otros casos,se requiere tratamiento.



Tratamiento

El mericismo se trata con técnicas conductuales. Uno de los tratamientos asocia consecuencias malas con el mericismo y consecuencias buenas con un comportamiento más apropiado (Terapia de aversión leve). Ésto puede llevarse a cabo mediante  practicas conductuales basadas en el condicionamiento operante como:
  • Práctica masiva (obligar al niño a comer cantidades de comida mucho más elevadas de lo normal para eliminar las ganas de rumiar).
  • Castigos (poner un sabor amargo o desagradable en la comida cada vez que practique la rumiación).
  • Uso de refuerzo sociales (un beso, un “muy bien”) o materiales (una chuchería, por ej) cada vez que no practique la regurgitación.
Otras técnicas comprenden el mejoramiento del ambiente (en caso de haber maltrato o rechazo) y psicoterapia para los padres.

 

Prevención

No hay una forma de prevención conocida. Sin embargo, la estimulación normal y las relaciones sanas entre padres e hijos pueden ayudar a reducir el mericismo.
 
 
 
Bibliografía y Fuentes: